Es aquél donde la experiencia de aprendizaje permite a los alumnos aplicar y desarrollar conocimientos y competencias en entornos reales y/o virtuales de forma vivencial, activa y flexible en función de sus necesidades tanto profesionales como personales.
El alumno obtiene un sentido de lugar único que de otra manera sería muy difícil de replicar. Ya que lo puede transportar a otras épocas y a otros lugares de difícil acceso, permitiéndole el desarrollo del pensamiento crítico en el análisis de las cosmovisiones.
Dentro de los espacios Maker el estudiante realiza procedimientos, recopila datos, toma decisiones y ejecuta acciones. Así pone en práctica sus habilidades antes de aplicar lo aprendido en la vida real, lo que le permite mayor memorización para después aplicarlo, disminuyendo el margen de error.
Adentra al estudiante a los microuniversos de las diferentes disciplinas, aproximándose a conceptos intangibles, abstractos y de difícil comprensión para alcanzar su aprendizaje por descubrimiento. Con este tipo de vivencia de simulación es posible ver el cerebro y hasta una mitocondria.